¿10 cosas que odio de mí?
- Laura
- 15 may 2011
- 4 Min. de lectura
Hay un programa en Discovery H&H que se llama "10 cosas que odio de mí". Bueno, 10 es un número muy grande y la palabra "odio" es muy extrema... Lo vamos a dejar en "Mis 5 áreas de oportunidad". Aquí van.
1. Soy incapaz de levantarme a la primera
Vaya, ni para salir de vacaciones. Sencillamente no hay modo de que suene el despertador y yo brinque de la cama. Y no importa si dormí 1 ó 15 horas, el tema no es de sueño. Es algo en mi cerebro que reclama los 5 minutos extra, (que, como ya había comentado antes, jamás son sólo 5). Es algo en mi cabeza que dice "¡no importa! apaga el ruidito molesto, date la vuelta y sigue dormida".
Esto ha hecho que tenga que poner 3 diferentes alarmas, la primera de ellas suena media hora antes de que deba levantarme, la segunda unos 15 minutos antes, y la tercera es de ya, ahorita. Bueno, las 3 sirven absolutamente para nada. Igual apago las 3, igual me regreso a dormir. Lo único que hice fue cortar mi sueño, mal dormir media hora, quedarme jetona por vayan ustedes a saber cuánto tiempo más y salir corriendo, tarde.
¿Acaso necesitaré un gallo cantando en mi ventana?
2. Desadministro mi dinero
Tengo ya varios años ganando y gastando mi propio dinero y todavía no le agarro la onda al tema de la administración personal.
Y ni siquiera es un problema de compras compulsivas o inconscientes, en realidad no soy manirrota y creo que eso me ha salvado. Lo que sucede es que soy extremadamente mal administrada. Jamás tengo idea de cuánto dinero saqué del cajero, gasté en gasolina, pagué en la tiendita... En resumen, compro y pago y jamás supe qué pasó en medio.
Lo que realmente me desespera de esto es que, por no tener disciplina monetaria, el asunto del ahorro queda en el triste olvido. Si no fuera por mi AFORE, mi ahorro ascendería a cero pesos.
Seamos sinceros, nadie quiere trabajar para siempre y vivir pagando meses sin intereses hasta el infinito. Es por eso que quiero, necesito y me urge disciplinarme con los dineros y meterle orden a mi cartera.
3. Fashion sense, ¿dónde estás?
Probablemente esta es el área de oportunidad que más me frustra. O sea, tampoco es que como que haya llegado vestida de cisne a una fiesta (Björk-style), pero siento que mi onda es la no-onda.
Creo que todo empieza porque no soy muy fijada en lo que visten otras personas de mi entorno, no acostumbro pasearme por tiendas nada mas porque sí y tampoco compro revistas de tendencias y diseñadores. Pero me sucede bastante seguido que, cuando me gusta algo que trae puesto alguien más, pienso "se le ve padrísimo, pero si yo lo hubiera visto en una tienda, no lo hubiera comprado". Es tristísimo.
A veces creo que perdí el estilo por mis subidas y bajadas de peso, porque no conservar una talla me complica conocer mi cuerpo y saber qué me queda y que no. Y, además, está el típico caso de "iba con una idea en mente y cuando llegué a la tienda, nada me gustó", y acabo comprando lo que me disgusta menos en lugar de lo que buscaba o lo que quede mejor.
Total que creo que necesito desesperadamente alguien que me agarre de la mano y me diga "mira, mijita, esto te queda bien, este es el corte que necesitas, ponte estos colores y ¡se feliz!" ¿Alguien se ofrece? ... ¿Por favor?
4. ¿Alto? ¿Latte? ¿Light? ¿Frío o caliente? ¡Aaaaah!
Para mí, el infierno es un lugar donde tienes que tomar decisiones rápidas entre 543 opciones. Un lugar muy parecido a cualquier Starbucks o zapatería con más de 3 modelos de tacones del color que busco.
Soy MUY indecisa. Cando hay muchas opciones como que me bloqueo, me presiono, se me olvida lo que buscaba originalmente, ya no sé si quiero ese color, ese tamaño o ese sabor... pfff. Después de algunos minutos de aturdimiento, acabo pidiendo algo que en el mejor de los casos me deja satisfecha, y en el peor, no tiene nada que ver con lo que estaba buscando.
Me considero una persona con bastante claridad en mi cabeza y me choca no ser capaz de escoger un café o una blusa sin hiperventilarme y terminar pensando que esa no era la mejor opción. Necesito corregir esto, cuanto antes.
5. ¿Me lo pone para llevar?
Puedo dejar de comer frutas, verduras, carnes y leguminosas, pero jamás podría dejar de comer postre. No importa si ya estoy llena. No importa si tengo que dejar de comer algo más nutritivo para hacer espacio. No importa caer en el pecado de la gula. Importa que si no como postre siento que no comí.
Obviamente esta no es la mejor estrategia cuida kilos que puede haber. Es deliciosa para el paladar, pero de prevenir la lonja, nada.
El punto tampoco es dejar de comer mermelada, chocolate y pan dulce de golpe. Mas bien me urge aprender a comer snacks dulces más saludables o postres menos calóricos (tipo gelatina en lugar de pastel tres leches).
Y por el amor del cielo, no me vayan a decir que coma fruta. La fruta es fruta, ¡NO ES POSTRE!
Pues ahí están, 5 clarísimas áreas de oportunidad que tengo que atender cuanto antes. ¿Cuáles son los suyos?
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