El hábito no hace al monje... ¿O sí?
- Laura
- 19 abr 2011
- 3 Min. de lectura
No es novedad que los seres humanos creamos hábitos, con consciencia o sin ella. Existen algunos buenos, otros malos y otros raros. La realidad es que los hábitos son personalísimos y, en alguna medida, ayudan a definir a quien los practica.
Esta es una lista de algunos de los míos, para que vean que cada persona es un mundo y ninguna cabeza se salva de tener mañas.
Carita limpia
No importa a qué hora (ni en qué condición) llegue a mi casa, siempre me alcanza la razón para quitarme el maquillaje. Aunque tenga flojera, aunque se me cierren los ojos, aunque me vea doble en el espejo, hago uso de mi algodoncito, mi líquido quita rimel y mi loción para la cara.
Ha habido veces que estoy muy cansada, que incluso ya estoy metida en la cama; pero cuando cierro los ojos, me imagino mis poros tapados con maquillaje, llenos de mugre por andar todo el día en la calle, rodeada de smog. Pienso en las partículas de porquería voladora que hay en la ciudad y siento que me hiperventilo. Me imagino despertando con un amigo barro brotando en mi cara y me viene la angustia.
Es ahí cuando pego el brinco de la cama y empiezo el ritual de belleza. Después del minifacial, puedo dormir tranquila.
Coca Light helaaaada
Es pésimo hábito, yo lo sé. Descalcifica, mancha los dientes, daña la panza en más de un lugar... pero es un vicio. Así que como lo dije alguna vez en Twitter, no me juzguen por tomar Coca sin antes pensar que para mí, la Coca es como el café que muchos de ustedes no perdonan y se empinan cada mañana. Es como el cigarro que necesitan después de comer. Es como la cuba por la que mueren desde el jueves. Eso para mí es la Coca Light.
Me la imagino helada en un vasito con hielos y, ¡ay mamacita, que antojo! Aún así, todos los días hago el intento de tomar menos Coca y entrarle más al agua, y aunque no siempre tengo éxito, cuando menos ya estoy en un esfuerzo consciente por bajarle al refresco. Espero lograrlo.
El huevito estrellado va con tortilla
Esto es sencillo: si voy a comer huevo estrellado (o frito, como quiera que le llamen), tiene que estar descansando en una tortillita de maíz. Así ha sido desde que era niña. En aquel entonces, hacía mi huevo taquito y pa' dentro. Ahora me refiné un poco más y utilizo cubiertos. Pero el efecto es el mismo, el huevo estrellado con tortilla me recuerda mi infancia y me pone contenta.
Duermo con calcetines
No importa si hace calor o frío, si estoy en ciudad o playa, no puedo dormir sin calcetines. Mis pies se congelan y me despierto. Y al otro día, invariablemente amanezco con anginas inflamadas.
Así que mi variedad de calcetines para dormir es amplia: cuando hace calor o en climas cálidos, tines delgaditos. Cuando hace frío, calcetas altas (sí, como de secundaria turno vespertino). Y hasta eso que procuro que hagan juego con mi pijama.
Digo, si voy a matar la sensualidad, que sea con tines que combinen.
Soy adicta a masticar hielo
Esta es mi nueva adquisición. Ni sé cómo empezó, la cosa es que al día de hoy, no puedo pasar un día sin masticar algunos cubitos de crujiente hielo.
Me viene bien, porque estamos en primavera, hace calor y se antoja algo fresco. Sin embargo, mis investigaciones indican que hay peligro con los dientes, pues se pueden quebrar. Y no sólo eso, resulta que esta adicción tiene nombre oficial, se llama "Pagofagia" y usualmente se relaciona con el padecimiento de anemia por falta de hierro.
Ya tengo cita con mi doctora para atender esto, y seguro me mandaran complementos alimenticios, pero eso sí, la costumbre de entrarle al hielo, quién sabe si se me quite. Ese "crunch-crunch" cuando mastico, creo que ya es adicción.
Me parece un buen ejercicio analizar los hábitos que tenemos, buenos y malos, y reflexionar por qué los practicamos. No sólo para dejar costumbres nocivas o reforzar las buenas, sino incluso para descubrir potenciales problemas, como mi falta de hierro. Si no hubiera investigado por qué soy maniaca del hielo, este problema de salud se hubiera podido agravar.
Así que deténganse y piensen ¿por qué estoy haciendo esto?
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